CUARENTENA Y GORDOFOBIA
Reflexiones de cómo el encierro nos está evidenciando aún más una discriminación que ya existía.
Todos sabemos que los juicios de valor sobre las transformaciones físicas tienen más peligro que una escopeta cargada. Nos pasamos el día oprimiendo a las personas por su aspecto y en concreto sobre los kilos que tiene, que se ha sumado o se ha quitado (que si es por tu salud, que si cómete un bocata). En cuarentena no iba a ser menos, iba a ser peor. Estos mecanismos de opresión sobre la gordura están tan normalizamos que es incalculable el poder que tienen sobre las personas. Y aunque en el encierro empezó como una broma recurrente en redes sociales, NI TIENE GRACIA, NI LA TUVO.
La gordofobia no es exclusiva de la pandemia, pero con los memes se ha convertido en un tema importante que controlar.
Si os acordáis de las primeras semanas del confinamiento, como no teníamos otra cosa que hacer que cocinar como ocio principal, empezaron las “bromitas” sobre como nos íbamos a poner de “trofollos” durante los 40 días que venían por delante. Los chistes se fueron a la balanza. Chistes supuestamente inofensivos que pudieron llegar a sacarnos una sonrisa en algún momento pero que viéndolo con perspectiva son tremendamente peligrosos.
Lo que empezó como un humor en redes sociales, se nos quedó en el subconsciente. Y en algún momento nos entró el remordimiento. Así que, pasamos del jalar a tope a la “cuarentrena” a frustrarnos al ver que el monotema después de haberos comido hasta e papel higiénico fueron los workouts caseros y una presión enfocada a bajar los kilos subidos durante el encerrón.
Oye súmate a la moda de cocinar, oye que vas a engordar, oye que mira a ver si haces sentadillas en el salón.
Han pasado meses y seguimos con la actividad reducida. Lo que no ayuda a que nos sintamos sanas, a quemar lo que estábamos acostumbradas aunque solo sea con un paseo normal y corriente. No sabemos vosotras pero la sensación de atrofiarse está ahí. No nos da el sol en la cara, el viento en la piel. Nos miramos al espejo no nos vemos bien. Y encima nos han dejado socialmente claro (como siempre) que si hemos ensanchado somos lo peor. LO PUTO PEOR.
Ese miedo a poner un pie encima de la báscula
Lo que empezó como un parón de 15 días ha pasado a ser de meses y varias preguntas nos rondan la cabeza y nos oprimen. “¿Notarán los demás el antes y después de mi cuerpo tras la cuarentena?, ¿Me veo peor que el año pasado?”.
Tampoco estamos mentalmente bien , los niveles de estrés y ansiedad son altos. Restricciones sumadas a la incertidumbre de cuándo va a acabar esto son una suma de ingredientes peligrosa para que nos sea más fácil encontrarnos con algún trastorno. Porque todas tenemos un espejo en casa y sabemos que nuestro cuerpo no es el mismo.
Y en esta situación una pandemia, en medio de una pandemia FUCKING mundial sin precedentes, engordar es un miedo entre memes y bromas que aumenta. ¿Tiene sentido?¿En serio el mundo nos dice que una de las peores cosas que nos pueden pasar en una crisis sanitaria como la que estamos viviendo es que nos salgan michelines? QUE SE VAYA EL MUNDO A LA MIERDA. Así que si podemos fomentar al final de este análisis un poco el #BoPo y soltar las amarras de la presión allá que vamos:
- Mira, no te peses si eso te va a poner del revés. Tira la báscula a tomar vientos.
- Cómete esa jodida galleta. Si el cuerpo te lo pide dáselo.
- Lo que comemos no define nuestro valor como personas. Que os quede clarinete.
- No mires esos instagrams de las narices que fomentan que te sientas mal contigo misma. Hay un montón de cuentas que aportan diversidad y diversión, quédate con ellas.
- NO tienes que mirar las noticias todos los días. Agobian que te cagas. Invierte ese tiempo en cuidarte a ti misma en tu salud mental.
- No somos perfectas y NO PASA NADA.
- No te culpabilices por lo que comes porque no ayuda a estar cuerda. No seas tan dura contigo misma. Porque ser muy restrictivos puede tener un efecto boomerang de atracones, ansiedad y problemas alimenticios.
- Lo importante de la cuarentena es salir vivas, no mazadas.
- Muévete, sal a correr o haz el deporte que quieras para estar sana y sentirte bien, no para salir de esta siendo el maldito cánon de belleza.
-Opinar sobre los cuerpos de los demás, sin que nos hayan pedido esta opinión, no está bien. Des normalicemos esta conducta no tolerando que nos lo hagan, ni haciéndoselo a otras personas. (Y esto va para cuerpos delgados, gordos, altos bajos y de todos los colores…)
- Y por último dejemos de asociar gordura con atracones de comida, cada cuerpo es un mundo.
Cristina Valbuena y Cristina Alonso.
