LO QUE DEBES SABER SOBRE (IN)EQUIDAD MENSTRUAL Y LAS ALTERNATIVAS SOSTENIBLES

Hace ya algunos años que empezó a colarse en nuestro discurso el término “pobreza menstrual”, lo cual nos ha ayudado a identificar determinada situaciones que como mujeres nos afectan de manera específica y por lo tanto a ponernos “manos a la obra” con la búsqueda de soluciones.

Pero… ¿Qué es la pobreza menstrual?

Significa no tener acceso a productos básicos de higiene menstrual por razones económicas, pero también no tener agua potable, jabón y otros productos necesarios para mantener una correcta higiene íntima.

De primeras el término “pobreza” nos puede resultar demasiado fuerte o ajeno peeero, si nos paramos a pensar un poco puede no estar tan lejos de nuestras vivencias. Recordemos que nuestros productos de higiene menstrual, que necesitamos al menos una vez al mes durante la mayoría de nuestra vida, tienen el mismo IVA que muchos productos de lujo, en lugar de considerarse (tal y como son) de primera necesidad.

¿Cuántas veces te ha pillado la menstruación a fin de mes y has escatimado con la elección de compresas o tampones? ¿Alguna vez has elegido una marca o producto que te gusta menos porque el precio de la que elegirías se te escapa de presupuesto? Y si no es así, solo hace falta que miremos a nuestro alrededor. ¿Cuántas de las mujeres que conocemos han podido verse en situaciones parecidas o incluso más extremas?

In(equidad) y salud menstrual

Para que os hagáis una idea más clara vamos a ir a datos más concretos, proporcionados por el primer estudio sobre “Equidad y salud menstrual” ,llevado a cabo por un equipo del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primara Jordi Gol i Gurina y apoyado por DIM PROTECT. Según este estudio, cuyo objetivo ha sido identificar y comprender la (in)equidad menstrual, así como las características de la salud menstrual de las mujeres y personas que menstrúan en España:

• Un 22,2 % de las participantes reportaron no haber tenido acceso a productos menstruales en algún momento de su vida por cuestiones económicas. 

• Y además un 39,9 % reporta no haber podido costear el producto menstrual de su elección.

• El 74 % de las participantes indicaron haber sobreutilizado algún producto menstrual por no haber tenido acceso a un lugar adecuado para cambiarlo. Entre las más afectadas se encuentran las trabajadoras a tiempo completo, las mujeres más jóvenes y las más afectadas socioeconómicamente.

Además, en entornos laborales y escolares la menstruación nos afecta de manera específica:

• El absentismo laboral por cuestiones de salud menstrual se ha producido entre el 18,3% de las encuestadas.

• Mientras que el absentismo escolar se ha dado en un 56,6%.

• Hasta el 76,4% de las participantes indicaron la necesidad de tener flexibilidad horaria o teletrabajar para un mejor manejo menstrual.

• El 49,9% pidieron tener acceso a la baja menstrual (por ejemplo, para casos de dolor menstrual intenso).

Bragas menstruales, una alternativa sostenible y económica para una menstruación consciente.

Nos ha quedado claro que es una situación que nos afecta de manera negativa a muchas y a la que urge poner remedio con políticas públicas y una educación menstrual para todas y todos. Pero como consumidoras de productos de higiene menstrual ¿Qué soluciones tenemos a mano a día de hoy que resulten más económicas para nuestro bolsillo y más sostenibles para el planeta?

Muchas veces ya hemos hablado por aquí de la copa menstrual, ese invento divino que (aunque al principio nos costó un poco) ha llegado a nuestras vidas para quedarse: ahorrarnos bastantes eurillos, dejar de contaminar con tampones y compresas (que tardan hasta 300 años en descomponerse) y también para tener una menstruación más consciente (incluso poder comprobar la cantidad, color y textura de nuestro sangrado).

Pues bien, como compartir es vivir hoy venimos a contaros, amigas, que (si no lo habéis hecho ya) tenéis que decidiros a dar el salto a las bragas menstruales porque… Madre mía, ¿por qué no las probamos antes?

Hemos estado usando dos meses las de Dim Protect y os vamos a contar todo lo que necesitáis saber para animaros a probarlas:

• Están hechas de algodón orgánico.

• Son lavables y reutlizables con una durabilidad de hasta 5 años. (A ver tías, CINCO AÑOS!!!)

• Son muy recomendadas para la menarquia y para la práctica deportiva. (Aunque a nosotras nos encantan para dormir junto con la copa, y para los dos últimos días de regla solas. Hasta siempre, salvaslipssssss).

• No calan. Es decir, no notas humedad ni tienes sensación incómoda en ningún momento. Vamos, cien mil veces mejor que una compresa. Sabemos que es difícil de visualizar, pero creednos, al probarlas lo entenderéis.

• Son perfectas para compaginar con la copa menstrual los días de más flujo y por la noche.

• Hay dos tipos según el flujo (medio o abundante).

• Se venden en Farmacias y puntos de venta autorizados.

Es decir, que os animéis a probarlas. Para quienes necesitéis un empujón os recordamos que tenemos activo durante una semana (desde la publicación de este post) un sorteo de cinco packs DimProtect en nuestro IG. Podéis participar haciendo click aquí. O también compartir vuestra experiencia con las demás si ya las habéis probado.

¿Seguimos la conversación en redes? Os leemos allí, chicas.

Cristina Alonso y Cristina Valbuena.

Post patrocinado por Dim España.