5 RAZONES POR LAS QUE (SÍ O SÍ) VER PAROT
Últimamente estamos de enhorabuena, no paran de surgir series y pelis que tratan problemáticas donde somos las protagonistas. Temas antes invisibilizados y que no interesaban, están ahora en el punto de mira y lo mejor… con una perspectiva de género. Así podemos consumir contenido audiovisual de calidad sobre consentimiento, maternidad, techo de cristal… y además contado por mujeres guionistas y directoras.
Esto es importante porque ponen sobre la mesa temas que de otra manera, no llegarían al gran público o al menos no contados con perspectiva feminista.
Además la enhorabuena es doble porque parece que poco a poco el cine y las series españolas se están haciendo eco de esta corriente y cada vez son más quienes se atreven a dar voz a nuestros relatos. El último caso es el estreno de la serie Parot en Prime Video.
La primera temporada consta de 10 episodios y la trama gira entorno a la derogación en 2013 de la Doctrina Parot, que pone en libertad a más de 100 presos entre los que se encuentran varios condenados por violación. La protagonista, Isabel Mora (interpretada por Adriana Ugarte) es una policía que lidia con la excarcelación del hombre que abusó de ella siendo adolescente, a la vez que se le asigna la misión de atrapar al justiciero que se toma la ley por su mano, asesinando a los presos liberados de la misma forma que ellos mataron a sus víctimas. A simple vista puede parecer otra serie más de acción y misterio, pero lejos de quedarse ahí Parot se adentra en temas peliagudos y no lo hace de manera superficial, abordando muchas cuestiones que interesan al feminismo. Te contamos los motivos principales para ver la serie, pero si se nos escapa alguno, no dudes en contárnoslo, eh.
-Ley o justicia
Unos de los debates principales de la serie es el que ronda la dicotomía ley- justicia. ¿Es la ley siempre justa? ¿Qué está por encima, los sentimientos personales o un orden general? Las dos caras de la moneda están interpretadas por la prota Isabel Mora y su compañero Jorge Nieto, ambos policías. Mientras una cree en la ley y vela por su cumplimiento, aunque esto le suponga defender a su verdugo, el otro se deja llevar por lo emocional.
Puede que la ley no sea perfecta y muchas de nosotras seguimos saliendo a las calles a pedir cambios a voz en grito, pero debería ser esta la que nos protegiese e hiciese justicia. Eso sí, cuando las afectadas somos nosotras, una persona querida o simplemente cuando estamos hartas de tanto abuso, las contradicciones salen a relucir y el debate está servido.
-Casos aislados vs Patriarcado
Cuando en el año 2013 se derogó la Doctrina Parot muchos condenados por violación salieron libres. Fue entonces cuando muchos sectores conservadores aprovecharon para hacerse con el título de los guardianes de nuestra seguridad. Justamente aquellos que en su vida diaria niegan la existencia de una estructura patriarcal que ejerce violencia contra las mujeres, centraban ahora su discurso en la importancia de que estuviésemos a salvo de agresiones.
Pero ojo, porque hay trampa. Si creemos que quienes nos violan o matan son 4 pertubados, 4 locos, 4 casos aislados y les usamos como cabeza de turco, estaremos volviendo la espalda al verdadero problema: el patriarcado y por lo tanto, seguiremos sin ponerle solución.
-Luz de gas
Ya hemos hablado aquí en varias ocasiones de la Luz de gas, “una forma de abuso psicológico que consiste en negar la realidad, dar por sucedido lo que nunca ocurrió, o presentar información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción o de su cordura”. Vamos, el puteo manipulador de toda la vida al que, por fin, hemos puesto nombre.
En la serie el agresor comienza a ejercer Luz de gas sobre su víctima una vez es excarcelado. Si bien la manipulación en este caso es evidente y extrema, y no tan sutil como aquella a la que muchas nos enfrentamos en el día a día, sí que nos sirve como ejemplo de lo fácil que es colocarle a una mujer el cartel de loca.
-El acompañamiento
Al ver como Isabel se ha querido enfrentar sola al trauma que le supuso su violación siendo solo una adolescente, nos encontramos con un personaje que se ha hecho a sí misma y que ha decidido enfrentarse al mundo con una coraza por la que no pasan las emociones. Ni las buenas. Ni las malas. Lo cual deriva en una mujer con dificultad para mantener relaciones personales e incluso incapaz de no proyectar sus miedos en su hija.
“No puedes pasar por esto sola” le dice su madre, interpretada por Blanca Portillo y que en la serie en psicóloga. Nos recuerdan así la necesidad de acompañamiento en el proceso, en el duelo, en el trauma y cómo la terapia es una de las mejores ayudas para afrontar todos esos episodios de nuestra vida a los que no deberíamos tener que enfrentarnos solas.
-La culpa
A lo largo de los 10 capítulos nos damos cuenta de como la víctima sigue, años después, lidiando con la culpa. ¿Y si no hubiese ido? ¿Y si no hubiese bebido? ¿Y si hubiese decidido hacer otra cosa? Cargando ella con ese horrible sentimiento que sienten las mujeres que han sufrido abusos… la maldita culpa. En esto tienen mucho que ver la doble victimización a la que una mujer se enfrenta después de la agresión en todos los procesos médicos, policiales, judiciales y de juicio social.
Por eso el “Yo sí te creo” sigue siendo tan necesario, porque teje una red de seguridad en la que caer cuando todo lo demás falla para ayudarnos a quitarnos esa maldita losa.
Tenemos más motivos pero no queremos destriparte más sobre Parot, lo mejor es que la veas y nos cuentes en redes. ¡Nos vemos por allí!
Cristina Alonso y Cristina Valbuena.
Post en colaboración con Prime Video.
